La recuperación económica no reduce la brecha entre las rentas altas y las bajas.
La recuperación económica no reduce la brecha entre las rentas altas y las bajas.
La recuperación de las rentas bajas es lenta y apenas permite reducir la desigualdad. En principio, los colectivos con menores ingresos deberían beneficiarse más conforme pasan del paro a tener un trabajo. Sin embargo, según datos del INE, eso no está ocurriendo: en 2016, el 20% de los hogares con más rentas ganó 6,6 veces lo que ingresó el 20% con menos, justo la misma cifra que en 2015 y lejos del 5,6 de antes de la crisis. En renta per cápita, el 20% que menos gana aún pierde en 2016 un 15% respecto a 2008, mientras que las altas solo se dejan un 1%. Pese a que al cierre de 2016 se había restablecido casi todo el PIB y casi la mitad del empleo, a los estratos bajos les cuesta recuperar el terreno perdido con la recesión.
La recuperación económica no reduce la brecha entre las rentas altas y las bajas. En cambio, sí que ha mejorado algo otro indicador básico de la desigualdad, el coeficiente de Gini, que mide la dispersión de ingresos entre cero y 100. Cuanto más alta sea la cifra, mayor es la inequidad. Según datos de 2017 que ha publicado el INE hace unos días y que en realidad hacen referencia al cierre de 2016, el Gini desciende desde los 34,5 puntos hasta los 34,1, una mejora no menor en un solo año.
O sea: baja el coeficiente de Gini, pero no se corrige la desigualdad entre el 20% de arriba y el de abajo, el llamado 80/20. Podría parecer una contradicción entre los dos indicadores. Sin embargo, el Gini brinda más peso en su ponderación a los grupos intermedios. De ahí que se deduzca que las clases medias están escalando posiciones, mientras que por el contrario los grupos con menores rentas no consiguen mejorar en las ratios de desigualdad y, durante la recuperación, se quedan casi igual tras haber empeorado mucho con la crisis.
Además, la reducción de la desigualdad está siendo más lenta que la recuperación de la economía y el empleo. En el último trimestre de 2016 se habían restablecido 9 de los 10 puntos que desaparecieron del PIB y un 45% de la ocupación. Sin embargo, en los indicadores de desigualdad los hogares solo habían recobrado una cuarta parte de lo perdido: 0,6 puntos de 2,3 perdidos en el Gini —tocó techo en el año 2013 en 34,7 puntos y luego ha disminuido hasta los 34,1 de 2016, todavía muy por encima del 32,4 registrado antes de la crisis—. Y solo se han recuperado 0,3 puntos de 1,2 en la relación entre el 20% que más gana y el que menos —apenas baja desde las 6,9 veces de 2014 a las 6,6—. A todas luces, el ritmo de corrección de la desigualdad parece bastante menor.
(El Mundo, 10-07-2018)